Asociación de Germanistas de Andalucía

Hay experiencias en tu vida que no olvidas nunca, bien porque te hayan hecho sufrir mucho, o bien porque te hayan hecho disfrutar también mucho. Esto último fue lo que me sucedió con la traducción de la novela de Eugen Ruge Cabo de Gata.

Desde que leí las primeras páginas del libro, el protagonista me hechizó. Me hizo un guiño que se me quedó impreso en el alma. Me llevó a su terreno. Desde las primeras páginas me uní a él y lo acompañé en todas sus decisiones, en sus pensamientos, en sus sensaciones. Fui junto a él a lo largo de todas sus páginas solucionando problemas en Berlín, paseando por las Ramblas de Barcelona, hasta llegar a Cabo de Gata, donde me dejé sorprender, como él, ante los gestos y los usos y costumbres de la gente, vagué por las playas y me sentaba en el banco para contemplar amaneceres y atardeceres que me hacían, como a él, conectarme con el universo. Fue una experiencia fabulosa.

Eugen Ruge (Los Urales -Soswa- 1954) era hijo y nieto de comunistas convencidos. Él, no tan convencido, huyó en 1988 del Berlín oriental, un año antes de la caída del Muro, y se instaló en la zona occidental donde trabajó haciendo algunos programas de radio, de traductor ruso-alemán; entre otros autores tradujo a Chéjov, y escribió teatro. Se dio a conocer con la obra En tiempos de luz menguante con la que obtuvo el gran premio de las letras alemanas el Deutscher Buchpreis en 2011.

A los dos años de su gran éxito, en 2013 aparece Cabo de Gata, novela escrita con un lenguaje sencillo pero elegante en la que el protagonista, un escritor de algo más de cuarenta años, frustrado por una serie de circunstancias en su vida, un amor acabado, malas relaciones con su padre, un bloqueo mental que le impide escribir…decide dejar Berlín. Se trataba ya del Berlín unificado de 1997; se veía inmerso en una sociedad que no era la que él esperaba; huyó de la vida en la República Democrática por parecerle triste y gris, no quería dictadura, pero la sociedad capitalista le defraudó; encontró libertad, sí, pero también un sistema que presentaba dificultades para sobrevivir, y un ambiente social en el que no se ubicaba.  Decide abandonar la ciudad el día de Año Nuevo de 1998, y buscar un lugar en las tierras del sur donde instalarse y escribir un libro.

El azar lo lleva a un pueblo perdido del Mediterráneo, a Cabo de Gata. La novela se desarrolla en tres partes: La Renuncia, El Cangrejo y La Gata. En esta última parte aparece un personaje curioso: la gata, que simboliza a su madre y le va a desvelar el secreto para salir de ese bloqueo mental que le impide escribir.

Podemos decir que se trata de una novela donde se plantea la problemática social del ciudadano proveniente del Este, es una novela del “cambio”, aparecen temas recurrentes en la literatura alemana de los últimos años, donde el individuo procedente de la zona oriental tenía que sintonizar la “cultura pasada” con la “presente”, donde tenía que solucionar problemas de identidad, donde había que superar cierto hastío social por creerse tratados como ciudadanos de segunda clase.

Esta novela tiene mucho de autobiográfica. El tiempo que este autor permaneció en Cabo de Gata, sus paseos por las playas, sus visitas a los flamencos que habitaban en las salinas, sus rutinarias partidas de billar, sus conversaciones sin trascendencia con la gente del pueblo, la vida sencilla durante su estancia en él, le sirvió de catarsis, limpió su disco duro, y le permitió escribir, y escribió bien. El libro que pretendía crear allí no lo hizo, salió a la luz quince años después.

Cuando abandonó Cabo de Gata, unos cuantos años después de su llegada a Berlín recolectó información de su familia para escribir un libro En tiempos de luz menguante, le siguió Cabo de Gata, después Follower, después Metropol, y le seguirán muchos otros más ¡Ruge, tú no te detienes!

 

Trinidad Plaza García